viernes, 19 de diciembre de 2014

Victor Lustig, Al Capone y la Torre Eiffel



Victor Lustig está considerado como  "El Rey de los estafadores" y no es para menos. Este Checo Logró vender la torre Eiffel no una, sino dos veces, y consiguió "colársela" a otro Rey, el del Crimen, Alphonse Gabriel Alcapone.

Nace en La actual República Checa en 1890. Desde pequeño se mostró Precoz y perspicaz y, con sólo 20 años y domina El francés, inglés, húngaro, alemán e italiano. Poco después se marcha al Oeste de Europa.

También destacaba su habilidad con los Naipes, y él lo sabía. Tanto es así que se dedicó  a infiltrarse en los Transatlánticos con ruta París-Nueva York en los que se hacía pasar por el distinguido Conde "Von Lustig" y donde desplumaba a millonarios americanos de forma no muy limpia, de lo que éstos ni se percataban.

Es en América, el país de las oportunidades, donde Conoce a Al Capone, que marcará un antes y un después en su vida, llegando a hacer negocios con él e, incluso, estafarle. 

Pero, ¿cómo se tima al mayor Rey del crimen organizado de toda la historia?. Lustig se la "coló" al capo americano de la forma más sutil y magistral posible.


Le pidió 50.000 $ para un negocio prometiendole triplicar esa cantidad en un plazo de 60 días, algo a lo Al capone accedió no sin antes advertirle del peligro que  supondría para su vida el intentar engañarle. Pues bien, a los 60 días, nuestro estafador consiguió su objetivo, solo que se guardó el extra del montante y le devolvió los 50.000 $ a su "socio". La jugada no solo pasó inadvertida para Al capone sino que le premió con 1.000 $ más por su honestidad y eficacia (pobre infeliz, pensaría Lustig)

Tras esto, regresa a París, donde se da cuenta de que se habla de retirar la torre Eiffel dado su alto coste de mantenimiento. Es en ese momento cuando "El rey de los estafadores" comenzó a ganarse el título.

Se auto proclamó el Ministro de Correos y telégrafos y convocó a seis empresarios de parís para vender la torre Eiffel como chatarra al mejor postor y, entre esos seis, hubo uno que destacó por encima del resto: Poisson, un empresario inseguro que pensaba que haciéndose con el principal monumento de Francia ascendería a las ligas comerciales superiores. Éste hombre le extendió un cheque a Lustig por una cantidad indecente y el estafador le dio un documento falso que acreditaba al empresario como dueño de la edificación más importante de Francia. Más tarde, cuando se descubrió el engaño, El ya convertido Rey de los estafadores y su socio estaban muy lejos.

Pasados unos meses, Volvió a Francia para comprobar que Poisson no le había denunciado puesto que estaba muy avergonzado de la forma tan burda con la que le tomaron el pelo. 

Nuestro protagonista tuvo que huir de nuevo a América, ya que intentó realizar esta estafa por segunda vez y, sorprendentemente, lo consiguió pero la policía francesa le puso en busca y captura 

Finalmente, ya en América y tras un negocio de falsificación de billetes fallido, dio con sus huesos en la cárcel de Alcatraz, condenado a 20 años de prisión por estafa en condición de protegido por un viejo amigo, Al capone, con el se reencontraría tras varios años después del timo que le hizo. moriría a causa de una neumonía en 1947 a la edad de 57 años.

Esta es la historia de un Hombre que supo ganarse al mayor capo de la historia, timarle y luego vender en dos ocasiones la torre Eiffel. Estafar está mal, sino que se lo digan a los políticos, pero hay que reconocer que Lustig lo hacía muy bien.

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