Augusto, el hijo adoptivo de César y primer emperador de Roma, era un genio militar y eso le llevó a la mayor gloria a la que puede aspirar un hombre, llevando a su país a un auténtico estado de progreso, paz y estabilidad política.
Pero en cuanto a lo personal también era autoritario y recto. Por eso apostaba por la santidad y moralidad del matrimonio y castigaba a los que traicionaban esos valores tanto en privado como emperador.
Y si no, que se lo digan a su hija Julia La mayor...
Los hijos siempre piensan que sus padres son muy injustos con ellos, eso no ha cambiado por muchos siglos que hayan pasado. Pero, esta vez, Julia la mayor no se equivocaba...
La hija del emperador traicionó los valores que de los que su padre tanto presumía; cometió un grave error. Le puso, lo que viene a ser en lenguaje coloquial, una "Cornamenta" como el coliseo a Nerón, futuro heredero de su padre y tercer esposo con Julio Antonio, político y cónsul del siglo I A.C
Esto le sirvió a Augusto como motivo suficiente para enviar a su querida hija a Pandataria, isla perteneciente a la actual región del Lacio primero, y a Calabria, región del sur de Italia entre Nápoles y sicilia después. Donde moriría en el 14 D.C
Y es que ya se sabe que uno recoge lo que siembra...Y vaya si La pobre Julia recogió lo que sembró
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